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LA INTOLERANCIA AL GLUTEN

Requerimientos de la Sal

El gluten es una mezcla de varias proteínas que se encuentran en el endosperma de todos los granos o cereales. Es responsable de la elasticidad de las pastas, por lo que se lo puede considerar como "la goma" de los cereales. De hecho, la goma es fabricada a base de gluten. Esto les puede ilustrar lo difícil que es digerir el gluten.

El gluten se divide en dos grupos: las prolaminas y las glutelinas. Las proteínas de la familia de las prolaminas se hallan a la raíz de la enfermedad celíaca.

El trigo, el centeno y la cebada son los cereales más tóxicos, seguidos del maíz. Durante millones de años, los hombres mantuvieron una alimentación natural, análoga a la alimentación de los animales salvajes. Las enzimas y las mucinas digestivas estaban adaptadas a las diversas sustancias ingeridas. Por el contrario, la alimentación moderna es rica en macromoléculas nuevas, a las cuales las enzimas y las mucinas no se han adaptado.

Aún en cantidades pequeñas o excepcionales, un alimento que contiene gluten provoca lesiones en el intestino. Actualmente las industrias agroalimentarias modifican excesivamente los cereales, que se han convertido en sustancias poco asimilables y, por consiguiente, son más tóxicos que aquellos que solían consumirse en el pasado.

- Sorgo 52% de carifina.
- Mijo 40% de panicina.
- Avena 20 a 30% de avenina.
- Tef 12%.
- Arroz 5% de orzenina.

He aquí una lista no exhaustiva de cereales y de sus porcentajes de prolaminas:

- Trigo 69% de alfa gliadina.
- Espelta 69% de alfa gliadina.
- Kamut 69% alfa gliadina.
- Centeno 30 a 50% de secalina.
- Cebada 46 a 52% de hordenina.
- Maíz 55% de zenina.

La quínoa, el amaranto y el trigo sarraceno son "pseudocereales", y suelen ser mejor tolerados, pero igualmente algunos contienen prolaminas y pueden afectar a las personas más sensibles al gluten. La sensibilidad al gluten comprende una reacción retardada que concierne a los anticuerpos IgG. Aliviar los efectos del gluten en la salud puede tomar semanas o meses después de haber eliminado el consumo de estos alimentos. Cuando estas proteínas o péptidos en los cereales no se degradan completamente - no se digieren - , pueden traspasar la pared intestinal, abrirse paso al torrente sanguíneo y provocar reacciones inflamatorias. Por ejemplo, la zonulina es una proteína que producimos como respuesta a la ingesta de gluten y que provoca permeabilidad intestinal. Ciertos investigadores han relacionado a esta proteína con la permeabilidad de la barrera hematoencefálica que protege nuestro cerebro, y es por esto que puede afectarnos a nivel neurológico. Los virus de las vacunas pueden circular en la sangre y abrirse paso al cerebro, lo que facilita el desarrollo de problemas mentales, entre otros. Además, la zonulina también ha sido relacionada con la permeabilidad de la piel y es una de las causas de problemas cutáneos como el eczema o la psoriasis.

Los péptidos o proteínas no degradables del gluten se asemejan a los péptidos opioides y se comportan como los derivados de la morfina. Aquellos que acostumbran auto-medicarse con el gluten (por ejemplo, comiendo para sentirse mejor anímicamente) pueden tener síndrome de abstinencia al quitarlo de la dieta.

Los péptidos provenientes del gluten provocan cambios en el comportamiento y favorecen el desarrollo de enfermedades degenerativas y del sistema nervioso central.

Algunos síntomas y signos de la intolerancia al gluten son: Las anemias, los efectos negativos sobre la memoria y el aprendizaje, los problemas escolares, la dislexia, la falta de autoestima, la disminución de la sociabilidad, la depresión, los problemas de insomnio, las modificaciones en la libido, el estreñimiento, la diarrea, el gas intestinal, la enfermedad de Crohn, etc.

Los péptidos opioides perturban el aprendizaje, las emociones y la sociabilidad. Aquellos que derivan del gluten tienen un rol etiopatogénico en el autismo. Existe una fuerte correlación entre la incidencia de la esquizofrenia y el consumo de cereales.

El déficit inicial es digestivo y enzimático, y genera una carencia de peptidasa y dipeptidasa de tipo 4, una enzima destinada a destruir la gluteomorfina durante la digestión. Eso provoca una digestión incompleta del gluten, transformándolo en péptidos opioides o en péptidos que se asemejan a los virus y desencadenan reacciones inmunitarias en el cuerpo. Estos péptidos que atraviesan los intestinos y que se esparcen por todo el cuerpo, provocan lesiones tisulares a través de reacciones inflamatorias. Al comportarse como virus o como ciertos derivados morfínicos, provocan cambios en el comportamiento y favorecen el desarrollo de enfermedades degenerativas.

 

La intolerancia al gluten se resume en la perturbación de nuestro sistema enzimático. Las proteínas de los cereales son, en efecto, digeridas de manera incompleta. Los metales pesados que se acumulan en cuerpo tienen una acción inhibidora en una clase de enzimas llamadas las peptidasas, cuya función está altamente orientada hacia la descomposición completa de las proteínas alimentarias provenientes del gluten. El mercurio inhibe la dipeptidasa de tipo 4.

Las proteínas derivadas del pan, que no se degradan completamente, atraviesan la pared intestinal - ya alterada por una hiperproliferación de levaduras, el mercurio, los medicamentos y el gluten por sí mismo - e ingresan al torrente sanguíneo.

Los hongos como el candida albicans pueden invadir la pared del intestino rápidamente e instalarse en la mucosa intestinal, obstaculizando la absorción normal de los alimentos, por ejemplo.

Algunos ejemplos de las más de 300 enfermedades vinculadas al consumo de gluten son el autismo, los comportamientos obsesivos compulsivos, la epilepsia, la psoriasis, la infertilidad, las enfermedades autoinmunes, etc.

Todo lo que he mencionado con respecto al gluten se aplica también a la caseína, una de las principales proteínas de los productos lácteos como la leche, el queso, la crema, el yogur, etc.

La hiper-proliferación de levaduras lesiona la pared intestinal y provoca la hiper-permeabilidad intestinal.

La alimentación tóxica es un factor ambiental que excita el sistema inmunológico y provoca una reacción intestinal. Si usted deja de estimular el sistema inmunológico, el sistema se calma poco a poco, y comienza a regularse. Si uno sana la permeabilidad intestinal comenzará la curación. Cabe mencionar que el mercurio aumenta la permeabilidad intestinal.

Centre Dietètic Sant Andreu te recuerda que:

Si hoy No tienes Tiempo para cuidar TÚ Salud,

Mañana no tendrás Salud para disfrutar de TÚ Tiempo.