Blog Naturopatía Alimentaria
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HAMBRE PSICOLÓGICO

 

Para muchas personas con sobrepeso la cuestión, ‘no es qué comer, sino cuándo parar de comer’, una de las preguntas que me hacen nada más llegar, esos malos hábitos que nos lleva, a no comer un plato de comida si no que vamos picoteando o bien porque nuestros hijos o parejas comen fuera y total para nosotr@s solos, para que cocinar y hay que saber porque es tan importante y  cómo controlar el hambre psicológico, aquel que no surge de la necesidad fisiológica sino de la ansiedad.

“La proliferación de la denominada ‘comida rápida’, no es el único indicador de que algo falla en nuestra relación con la comida”.

“la clave está en cuándo parar de comer, ya que hoy en día consumimos muchas más calorías de las que necesitamos.

Es muy importante saber distinguir entre el hambre que surge a raíz de una necesidad fisiológica y la ansiedad, que podemos describir como un ‘hambre psicológico’, nutrido muchas veces por el estrés, la tendencia depresiva, la glotonería o el simple aburrimiento o también por saltarnos unas de las pautas que es muy importante, respetar las 2 horas de digestión entre comida y comida con un tiempo máximo de 4 horas para evitar las bajadas de azúcar y llegar a la siguiente comida con ansiedad y mientras empezamos a cocinar, ahí ya vamos picoteando, que si un trocito de pan o de queso o de fuet o de dulce, etc. Ésta es una de las varias razones.

 

Y por esta razón, lo mejor es asegurarnos de no tener hambre realizando entre cinco y seis ingestas diarias.

Las personas que por motivos de trabajo se ven obligados a desayunar o cenar, respectivamente, muy temprano o muy tarde, deberían aumentar las ingestas habituales.

“El hambre producido por realizar pocas ingestas al día es el aliado perfecto para la ansiedad y los atracones  algo que destacamos en la naturopatía alimentaria, hay que comer 5 veces al día.

Estas Conductas adictivas, no sólo están relacionadas con el tipo de comida, sino con un refuerzo en la conducta (comida relacionada con premio, con fiesta, etc.) y con su repetición. Todo se aprende, se memoriza y algunas cosas rápidamente, después simplemente, nos quedan las respuestas automáticas frente a una misma situación.

 

Lo anterior es tan importante, que si nos paramos a pensar en los niños: es frecuente ver como los padres premian a los niños dándoles chuches o un helado, bollería, pizza...y como se refuerzan y repiten esas conductas. Estos padres están diseñando un mal futuro para sus hijos, porque, además estas comidas no favorecen el desarrollo intelectual del niño. Todos hemos visto incluso a niños que salen de un cumpleaños ( donde han comido, chuches, pastel, bebidas con gas, etc.) y totalmente alterados y nerviosos.

 

El control del hambre no solo es posible con fuerza de voluntad: ha de controlarse el menú ( cantidad, calidad y composición de los alimentos, así como los hábitos a la hora de comer) y el estilo de vida.

No hay mejor ejemplo que darles una buena imagen de conducta empezando por nosotros. Vamos ayudarles también a que ellos no tengan este problema conductual, sí podemos darles una buena educación nutricional tan importante para nuestra salud desde pequeños y concienciarlos de la verdadera importancia que tiene para tener así una buena calidad de vida.

 

PLANIFICAR LA ALIMENTACIÓN, ALGO ESENCIAL

 

Es esencial planificar nuestra alimentación, elaborar un menú semanal. Así evitaremos improvisar cuando sentimos hambre. Siempre es mejor llevarnos, un tuper con fruta cortada o la pieza de fruta, el bocadillo integral pequeñito según se os recomiende por edad, sexo, actividad… vuestro especialista o médico  de cabecera o  os recomendara  o también llevar un  yogur al trabajo, una fruta mejor que sacar chocolatinas, dulces, panadería industrial y otros productos comprados o de la temida máquina expendedora.

 

 

Para rebajar la ansiedad, recomienda no saltarse las comidas y evitar menus impersonales, demasiado estrictas o que limiten nuestra vida social, porque a largo plazo fracasan.

También dormir, es muy importante, de siete a ocho horas al día, lo que favorece el biorritmo de vitalidad diurna y descanso nocturno.

Limitar la cafeína -presente en el café, en el té o en las bebidas energéticas- también es positivo para disminuir el estrés.

Si seguimos con ansiedad, podemos utilizar tratamientos alternativos,  como flores de Bach, auriculopuntura, fitoterapia. 

 

¿CÓMO DARNOS CUENTA DE QUE ESTAMOS COMIENDO POR HAMBRE PSICOLÓGICO?

El indicativo más claro de una ingesta compulsiva consiste en comer rápido, sin saborear la comida y terminar en pocos minutos con nuestro plato.

También el hambre psicológico son ingerir cantidades excesivas de alimentos y picotear en exceso antes de los platos principales, algo común en la gente de la gran ciudad cuando llega a su casa por la noche.

 

¿PORQUÉ CUANDO COMEMOS POR ANSIEDAD SOLEMOS ELEGIR LA COMIDA RÁPIDA?

 Estamos hablando de adicción a la comida. En cuanto dejemos de comer  grasas y  ‘fast food’ comida rápida, tendremos una etapa parecida a un síndrome de abstinencia de unos días y, al superarla, irá disminuyendo la necesidad irrefrenable de tomar ese tipo de comida.

 

EJERCICIOS QUE AYUDAN MÁS

Ejercicio en equipo y el ejercicio divertido, grupal como aeróbico y con música es la mejor actividad física reguladora del perfil emocional, ya que trabaja directamente sobre el estrés, la ansiedad e incluso la depresión.

Ejercicios como la zumba, el baile de salón, el aerobic o el spinning, son los más indicados.

 

¿CÓMO SACIARNOS ANTES?

 Intentar comer despacio, mientras luchamos por controlar la situación, escogiendo primero la fruta antes de las comidas y alimentos proteicos, que tienen mayor poder saciante.

Si estamos en casa apagar la tele y sentarnos tranquilamente a comer, tomar un vaso de agua y empezamos siendo consciente de que vamos a comer y lo que vamos a comer. Que nos aporta esa comida y en que nos beneficia. Vale la pena!! Tú puedes!! Empieza hoy mismo.

Evitando el exceso de cantidad y las comilonas. Cuando se ingieren  alimentos, el estómago se dilata y estimula una serie de mecanismos situados en sus paredes que transmiten información a una zona llamada “centro de la saciedad”, que es una de las encargadas de indicarnos que ya hemos comido bastante.  Si acostumbramos al estómago a recibir las cantidades justas de comida, se volverá más rígido y nos será mucho más fácil controlar el apetito.

 

RECUERDA:

 

 La conclusión debería ser: No hay que darle al cuerpo lo que pida, sino lo QUE NECESITA, que con frecuencia no coincide.

Podemos claro que sí, darnos un gusto con la comida y celebrar y disfrutarlo, pero ha de ser esporádico.

Tenemos que recordar que la comida es información que le estamos dando a nuestro sistema, que responderá adecuadamente teniendo en cuenta la información genètica.

A la larga esta respuesta será: SALUD O ENFERMEDAD O ENVEJECIMIENTO PREMATURO.

NOSOTROS DECIDIMOS!